Header image
Página de Inicio Mis Escritos

Colección de El Mensajero

Epistolario Mensajes en Audio Biografía
   
 
 

CARTAS DE VENTURA A LUCIA

La Palma, enero 14 de 1960

 

Srta. Lucía González

Güira de Melena

 

Lucía

Te saludo en el nombre del Señor a quien ruego te sientas bien; gracias a Dios me siento bien, aunque un poco cansado, porque ahora acabo de llegar de la calle, a donde estaba trabajando.

Mi amor, me imagino como te habrás sentido después de nuestra separación. Yo, que soy mucho menos sentimental que tú, me pasé toda la tarde que ni hablaba casi; algunos me preguntaron la causa de mi tristeza y ni aun yo me daba exacta cuenta que era por ti, porque estábamos separados de nuevo por largo tiempo ¿Lloraste tú? Sé sincera.

Dile a Basilia que le agradezco su ayuda al interceder ante el apóstol por nosotros. Ayer Pepe me llamó para decirme que no creía que yo tuviera tanto valor; le pregunté por qué lo decía, y era porque él creía que yo le había pedido el permiso personalmente al apóstol. Después que yo le expliqué cómo fue el asunto, creo que seguiría creyendo que yo soy un cobarde.

Puedes contestarme a Artemisa, pues a Bahía Honda tal vez no llega a tiempo la carta. Dime con bastante anticipación a donde te escribo.

Ora porque se me aumente la fe y te pueda mandar alguna pequeñez para que compres algo; para eso tendré que esperar a llegar la provincia de La Habana, porque ahora con el viaje estoy empeñado.

Oye, te escribo a Güira porque quedé en eso contigo, pero si no te hubiera mandado ésta a Sancti-Spíritus con Higinia, que va para allá el domingo.

Dispénsame lo poco que te escribo y lo seco, pero tengo apuro porque está oscurecido y no tenemos luz todavía; fíjate que estoy de pie (tú sabes lo que es campaña).

Cuando tú me escribas hazlo con tiempo, bastante, mojadito y estarás practicando una gran virtud: la de pagar bien por mal.

Hasta la próxima, mi noviecita.

Te quiere,

Ventura.

Recuerdos a todos.

 

 

Lucía:

Después de cerrar la carta y salir hacia el correo, me arrepentí de mandarla por esa vía, porque como de la Palma a Güira no hay vía aérea, pensé que podía demorar mucho; además, me dijo Higinia que ustedes dejaron algunas cosas en Sancti-Spíritus, así que tienen que entrar por allá de todos modos, por eso te la mando con ella como más seguro.

Sospecho que te habrás sentido mal en Güira esperando ésta en balde; ahora, al recibirla se te quitó la angustia ¿verdad? Recuerda siempre que vale la pena esperar si al fin llega lo esperado, y yo, aunque soy lento, no pienso quedarme en el camino.

Pienso estrenar la camisa esta tarde para el avivamiento, pues estoy en Pinar, en vísperas de cultos de espera.

Mándame a decir si recibiste la carta que te mandé a Florida, en la que le escribía a Isabel también, pues el otro día con el apuro y la demora no hablamos de eso.

Hasta la otra, Lucía.

Tu Ventura